Origen: Fruta muy reciente, a medio camino entre paraguayo y nectarina.
Aspecto: La versión glabra de los paraguayos ha pasado de ser una absoluta desconocida a ocupar un lugar entre las preferencias de los consumidores. Su forma achatada que facilita su consumo, la ausencia de pilosidad y una calidad organoléptica equiparable a la de los paraguayos son sus grandes bazas.
Sabor: Carne firme y sabor dulce con baja acidez.
Recogida: De finales de junio a finales de julio.